lunes, 28 de abril de 2008

A los 40 nos llevaremos bien

Todos los que tenemos hermanos, preferiblemente uno no má', pasamos por la agitadora experiencia de discutir con ellos ya sea porque alguien se terminó la leche o porque el otro dejó el caño abierto, no avisaron que había llamado una persona importante o porque tomó algo sin permiso.

Hoy, para variar, discutí con mi hermano. El tema de la "conversación" sieeeempre es el mismo: "por qué tú sí, y por qué yo no", "vivimos en la misma casa", "yo respeto tus cosas, respeta las mías" entre otros. Obviamente en base a esos argumentos comienzan los ataques bravos, posturas defensivas, arrebatos agresivos, palabras de desprecio, una que otra frase dicha sin pensar solo para liberar el alma del estrés que genera el ambiente (y tratar de herir al otro en un órgano vital para inclinar la balanza a tu favor). Y es muy común encontrarse a uno mismo renegando de lo mismo que la vez anterior... y la anterior a esa... y la anterior a la anterior a esa... y así sucesivamente, un tema que fundó la base sólida de la pelea para futuras generaciones de pleitos.

Pero pelear por lo mismo tiene sus puntos a favor, especialmente cuando nadie en casa entiende lo que tratas de expresar por falta de claridad o por excesiva negación de parte de los demás. Si discutes mucho sobre un mismo tema (y no lo haces solo para producir bilis), tienes la oportunidad de pensar en lo que se dijo para ver por dónde puedes encontrar una falla en la mentalidad del otro o para asegurarte que defender tu postura no será un intento en vano.

Desde tiempos inmemorables, las peleas en esta casa comienzan con un roce entre mi hermano y yo. Aunque muy modestamente admito que nunca he corrido hacia mi madre o padre para que me den su apoyo, de algún modo ellos dos terminan involucrados en el asunto... tal vez gritar como histéricos para que el mensaje se quede grabado en el cerebro del otro haya llamado su atención.... no lo sé. El rol de los padres implica traer paz al hogar y evitar discusiones repetitivas especialmente cuando el detonante fue algo muy simple (pero que años atrás fue la gota que derramó el vaso). Con un buen "ajo!" y "son hermanos, no peleen!" se le puso punto final al asunto... pero la hoja aún tiene muchos renglones para continuar... y la gente aún tiene energías para seguir. Con el tiempo, las discusiones se vuelven pan de cada día para quienes son "víctimas" de lo ocurrido, pero es aquí cuando los padres se cansan de ser padres y se convierten en personas "X" que no tienen nada que ver con la discusión y cuando acudes a ellos para buscar poder de persuasión a tu favor para terminar rápidamente con el conflicto, te contestan "es su problema, arréglenlo ustedes".

De aquí en adelante, los enfrentamientos no cesarán y la duración de cada pelea solo dependerá de qué tan dispuestas estén las personas a concluir el intercambio "poco familiar" de palabras. Hoy en día siguen habiendo problemas con mi hermano. Los miembros de mi familia son un poco "independientes", cada uno por su lado a ver lo que encuentra y luego a rendir cuentas en la casa. Cada uno es víctima del cruel destino y de las dificultades que le impone la vida al verse forzado a subsistir de sus propias ideas y necesidades... cosa que cuando llegan a la casa y algo está mal, es culpa del otro "por no hacer lo que debía hacer"... o por hacer lo que no debió.

Pero luego de décadas de pelear por lo mismo con las mismas personas, ambos bandos comienzan a dar su brazo a torcer. Antes peleaba con mi hermano y terminábamos molestos, no nos hablábamos. Luego mi hermano desarrolló una conducta un poco descarada: discutíamos, se iba a sus clases o a hacer sus cosas, y cuando volvía se portaba como si nada, pero el que quedaba peor en una discusión era yo y trataba de portarme como si hubiera quedado seriamente afectado. La técnica de mi hermano se fue perfeccionando hasta que comenzó a portarse como si nada hubiera pasado hace 10 minutos... muchos creerían que actúa así debido a una enfermedad mental llamada esquizofrenia. Loco o no, se rompía el hielo rápidamente y nuestras vidas volvían a ser las mismas... por las próximas 5 horas. Algunas peleas se podían extender por largos periodos de tiempo debido al tema tan delicado que se manejaba... y si a esto le agregamos una madre histérica con varias comlpicaciones en el trabajo y el riesgo de perderlo, es natural esperar un campo de batalla con las granadas y todo, sin ninguna trinchera en dónde meter la cabeza... porque aquí alguien saldrá inevitablemente decapitado.

Poco a poco nuestras discusiones duraban más pero terminaban en mejores términos; él entendía lo que yo quería decir, y yo entendía lo que él esperaba de mí. La falsa sensación de bienestar no aseguraba que dejáramos de pelear. Las peleas siguen y siguen, pero poco a poco vas resolviendo problemas, uno por uno, desde los más insignificantes hasta los más trascendentales. Y así será siempre, aprendemos a soportar los defectos y el carácter del otro, superamos lo que nos molestaba ya que el otro superó también lo que le molestaba de uno, algo así como un trueque de resentimientos, hasta que finalmente no hay nada que nos moleste o se interponga para poder llevar una vida tranquila como familia o hermanos...

Pero siendo realistas, hay tantas cosas por las cuales discutimos que sería difícil resolver todas en poco tiempo. Llevamos un buen ritmo, discutimos por temas viejos pero rápidamente los superamos porque ya se han resuelto. Incluso hoy luego de otra pelea, mi hermano me tomó por sorpresa, me abrazó y dijo "no tenemos que pelear... aunque discutamos tanto, somos hermanos y al final lo que importa es que un día te necesitaré y tú me necesitarás, y tenemos que estar unidos para eso". Aunque haya demorado unas 3 horas en escribir esto luego de la discusión, sigo congelado en mi sitio intentando asimilar ese abrazo, a qué se debió, y si esa fue una buena señal para la solución de todos nuestros problemas y pleitos en un futuro porvenir...

1 Comment:

Anónimo said...

"Jamás discutas con un imbécil
porque te bajará a su nivel
y allí te ganará por experiencia"