jueves, 14 de abril de 2011

Sueño raro Nº........ perdí la cuenta

Anoche tuve otro de mis sueños raros (no dije feo) con esos posibles significados ocultos que podrían cambiar el rumbo de tu vida si es que consigues interpretarlos.

El sueño comienza en el interior de una casa "antigua", en el segundo piso específicamente. Era totalmente de madera pero con un acabado y materiales muy finos. La decoración era vieja, los colores eran un tanto opacos, la madera era de color marrón bien oscuro tanto en las paredes como en el suelo y techo y los adornos parecían ser de bronce con plata. Ni bien subían las escaleras se encontraban con una sala de estar que se abría para la derecha y daba a una puerta de dos cuerpos muy alta, hecha de madera también, pero cada cuerpo era una sola pieza sólida. En la mitad de la sala había una sola ventana alta tapada por unas cortinas antiguas y delgadas que dejaba pasar un poco de luz, la habitación estaba lo suficientemente iluminada como para poder ver con claridad todos sus detalles.

Detrás de la puerta (que se abría para adentro) estaba mi cuarto, era "pequeño", más largo de izquierda a derecha respecto a la puerta que ancho o "profundidad". Era tan angosto que mi cama entraba como pieza de rompecabezas cuando la ponía contra la pared, dejando un espacio vacío al centro donde iba una alfombra circular simple a unos pasos de la chimenea que adornaba la pared, mientras que a la derecha se había una cómoda y una mesita de noche con 2 cajones. Sobre la cama se encontraba una ventana no tan alta pero que del mismo modo dejaba entrar suficiente luz, sobre la chimenea había una repisa con muñecos muy viejos, y en la cómoda habían retratos y candelabros antiguos que se veían en buen estado pero necesitaban una pulida.

Siendo este el escenario de mi sueño, procederé a contar lo que pasó.

De algún modo yo fui a parar a esa casa, a vivir ahí. Pero aunque la casa parecía grande, creo que solo era hacia arriba y no hacia los lados, y la sensación de espacio era una ilusión en el interior. De repente, unos familiares me visitan-- creo que eran familiares, pero eran personas que jamás había visto, había la típica señora gorda respingada de los 50's, con su gorrito de tela fina y su pequeño bouquet de flores blancas incrustado en él, además de los guantes delicados y semi-trasparentes que usan, y una cartera cuyo único propósito es lucirla, además criticaba todo porque no era lo suficientemente "elite" para ella. Y Aparte estaban los otros "familiares" que admiraban el lugar con el mismo asombro con el que yo aún lo hacía. La señora, muy atinada, comenta "en este lugar parecen haber ratas, podrían estar en todas partes", lo que me llevó a contestar "pues no hay, porque en el tiempo que tengo acá no he visto ni una". Les ofrecí salir un rato a pasear, pero disimuladamente, esta señora decide quedarse atrás mientras nosotros bajábamos las escaleras. Me percaté que nos faltaba uno (era un poco difícil perder de vista a so-tremenda criatura) y regresé rápidamente preocupado por lo que esta chismosa podría hacer con tal de encontrar un defecto o arruinar el lugar... no confiaba mucho en ella.

Por desgracia, llegué demasiado tarde, la señora abrió la puerta de mi cuarto justo cuando me acercaba para detenerla, y como si fuera un zoom-in dramático, pude ver un pequeño ratón en la repisa sobre la chimenea. Aunque estaba preocupado, me sentía algo aliviado porque solo se trataba de UN ratón, pero me di cuenta que había un chillido que sonaba muy bajo, volteé y al borde de la ventana había otro ratón... El chillido se convirtió en varios, los ratones iban apareciendo misteriosamente en diversas partes de mi cuarto, hasta que de varios pasó a cientos, y pronto se sintió que habían miles. En menos de 1 minuto el cuarto estaba infestado de ratones y todos nos miraban con ojos poco menos que amistosos y la señora gorda reaccionó lo suficientemente rápido como para cerrar las puertas antes que un mar de roedores se nos viniera encima como marea. De hecho no lo podía creer, cómo era posible que tantos ratones vivieran en esa casa y yo no hubiera visto ni uno, ni siquiera oído uno? No podía evitar pensar que tal vez no estaban en la casa y simplemente decidieron aparecer ahí, justo en ese momento, justo con esas personas.

Por más extraño que parezca, la señora y yo tratábamos de contener la puerta porque los ratones intentaban abrirla. Sí, expliqué que la puerta se abría para adentro, así que los animales encontraron una forma de jalarla para intentar salir, pero la señora y yo la sosteníamos con todas nuestras fuerzas. De repente los ratones cambian de opinión y pasan de jalar la puerta a empujarla. Eran demasiados, posiblemente lograrían salir si derribaban la puerta en lugar de jalar. Tuvimos que redoblar los esfuerzos para contenerlos. Entre los sonidos de forcejeo, chillidos que iban en aumento, gritos de dolor y desesperación, madera crujiendo y rajándose, los demás subieron a ver qué pasaba, y podían ver dientes, garras y colas que salían por los bordes de la puerta que estaba a punto de estallar. Era obvio que no teníamos más opción que salir de ahí, pero teníamos que ganar tiempo de algún modo; si soltábamos la puerta así como así, no estaba seguro de salir entero de la casa. Al buscar alrededor por algo que nos sirva, noté una puerta para gatos en la pared, al costado de la puerta principal... y sí, lo peor que se pueden imaginar... habían ratones intentando salir por ahí. Ya sin pensar, solté la puerta, sujeté a la señora por el cuello de la blusa y la jalé mientras le gritaba a todos que salieran de la casa. Bajamos las escaleras y todo se puso negro, pero el sonido de las ratas invadiendo toda la casa no cesó... hasta un rato después....

Lo siguiente que vi es que estos familiares me habían llevado a un edificio. Era muy decente, casi casi lujoso, con cochera en el sótano. La señora dice con orgullo "nosotros vivimos aquí en un departamento, y tenemos un cuarto disponible. Puedes quedarte ahí". Mi rostro de desilusión total era obvio, pero las personas ahí conmigo solo sonreían pensando que todo estaba bien, que no había pasado nada y que esto era lo mejor.

Al rato, desperté... Qué podrá significar todo eso?

lunes, 11 de abril de 2011

La naturaleza del asunto

La política en el Perú es uno de los temas menos hablados en varios círculos sociales. Incluso en lugares donde la gente comparte tiempo y espacio pero no necesariamente gustos, las reglas siempre son "aquí no hablamos ni de religión ni de política". La religión es muy parecida a la política excepto que se vive todos los días por los fanáticos. Ahora veremos por qué la política es un tema tan complicado y conflictivo desde el punto de vista de una persona normal (osea, yo).


Al hablar de política, no hablamos exactamente de la teoría, hablamos de perspectivas. Es normal que la gente tenga opiniones diferentes porque así ha sido la vida y así será siempre, pero hay cosas más trascendentales que otras donde estas formas de pensar son importantes para quienes las expresan.

Cuando hablamos de cosas como el futbol o música, la gente siempre conversa y/o discute. Pero luego de un par de chelitas, o entre risa y risa, se olvidan esas rivalidades totalmente intransigentes porque hablar de quién es mejor en ese tipo de cosas es superfluo para nuestras vidas. Hay gente que sigue siendo hincha de equipos que no ganan ni un partido, mientras que hay fans de grupos donde todos los integrantes se convirtieron en una desgracia, y decirles que dejen de creer en ellos no los convertirá en nuestros enemigos. Pero... si tú le dices a una persona que deje de creer en un candidato o un partido político... es posible que sí.

Resulta que la política no es un tema de gustos, ahora es una forma de pensar, es una mentalidad que nos asocia a alguien con quien nos sentimos identificados a un nivel mucho más "profundo" y difícil de explicar. Decirle a una persona que abandone una mentalidad es como pedirle que deje de lado una parte de su ser, algo que obviamente nadie en el mundo con suficiente convicción quiere hacer. Debatir sobre política podría sacar lo peor de cada persona, o lo que podemos llamar "una naturaleza oculta" o "desconocida"o, por eso debe tratarse con cuidado, no solo sobre lo que uno dice sino también con quién lo dice. Estas conversaciones pueden convertir a los amigos en enemigos o a los familiares en desconocidos, y podría causarse un daño que varios justifican como "son puntos de vista, pero te sigo estimando"

Este tema es bastante delicado porque las reacciones varían mucho según el entorno en el que uno está, y lo peor es cuando descubrimos una naturaleza totalmente diferente en las personas que creíamos conocer. Al final, la gente civilizada ataca duro y se ríe o bromea con la intensión de "suavizar el golpe". Otros simplemente se creen dueños de la verdad y empiezan a repartir justicia verbal (o escrita) a todos los que puedan escuchar (o leer).

Meses atrás, cuando las elecciones estaban frías aún, nadie hablaba mucho de este tema. Solo sabíamos que algunos apoyaban a ciertos candidatos o partidos políticos, pero nadie cuestionaba a nadie porque había tiempo para "cambiar de opinión". Cuando se fue acercando la fecha de votación, los números ya eran un poco más sólidos y el país empezó a sufrir una mutación conocida por muchos: "el fervor político"... Aunque yo lo llamo fanatismo, pero bueno, igual da, la gente se raya por apoyar a su favorito.

El fervor político es lo que lleva a las personas a romper las barreras de lo apropiado y excesivo, y empiezan las sorpresas por todas partes. Desde gente que insulta a los demás, hasta personas que nos hostigan con propaganda sobre su candidato favorito. Todo esto siempre ocurre cuando ya es demasiado tarde para cambiar el destino de las elecciones. El propósito de este despelote es justamente el esfuerzo final por convencer a los demás que están equivocados y que la mentalidad que ellos profesan es la adecuada. Y, como lo dije antes, la gente no reacciona bien cuando les dicen eso, dando así inicio a la guerra.

Pero como en toda guerra, siempre hay consecuencias. Cuando se acerca el final, la gente aún tiene "excedentes" de fanatismo, y los resultados son los que determinarán si ese excedente se convierte en energías positivas o negativas. Si gana el que queremos, empieza la fiesta y alegría, celebración por aquí y por allá, el mundo es feliz porque ganó "el más indicado"... Pero si no ganamos?

Anticipando lo peor, empieza la liberación de ira a quien esté cerca, responsabilizamos y culpamos a los que no hicieron lo que debieron (elegir al "indicado"), tazamos de ignorantes a los que no piensan igual que nosotros y condenamos al país a un futuro de dolor y sufrimiento. La negatividad al máximo. Poco después viene la etapa de aceptación, donde todo el daño causado por ellos es irreversible pero la gente busca una pisca de redención intentando decir "bueno, ya nos frustramos, pero también hay que entender que no siempre se gana, insultarnos no cambiará nada". Otros canalizan su ira para decirles a los demás que dejen de portarse como animales (aunque quien lo diga haya sido y siga siendo un completo animal) y empiecen a portarse como personas responsables por el destino del país. Ya que la mayoría de gente que no ganó se encuentra en un estado de estupor, algunos ven a estos descarados como "reveladores de la verdad" mientras que otros dicen "hay que ser bien conchudo para decir algo así luego de todos tus agravios". Por lo general esto ocurre cuando una figura nacional respetada dice "las cosas son así, no como ustedes dicen" y todos los corderitos empiezan a actuar igual. Al menos la locura va en descenso.

Es aquí cuando la gente está demasiado agotada como para hablar de política y seguir atacándose y el nuevo tema de conversación es "el triste destino del país". También existen los malos ganadores que le refriegan el hecho en la cara a los perdedores y solo pueden atinar a decir "a ver, celebra ahora pues!" mientras ven con orgullo a su candidato en el cargo más alto del país.

Al final, no importa quien gane, el tiempo pasa, la vida continúa, y nuestros presidentes seguirán engañándonos. A pesar de haber pasado más de 30 años de secretos y mentiras (aunque sinceramente, siempre ha sido así), la gente seguirá pensando que algún día aparecerá quien nos gobierne con lealtad y sinceridad mientras votan por alguien que "no nos perjudicará tanto como el anterior".

domingo, 10 de abril de 2011

A votar... otra vez

Recuerdo como si hubiera sido ayer que fui a votar por el alcalde de lima y de mi distrito. Creo que el mismo recorrido, el mismo lugar de votación, la misma cola de 4 gatos y el mismo tráfico de siempre ayudaron con esa sensación. MENOS MAL, el tráfico no es un problema para mí. El lugar donde voto está metido entre calles y zonas por las que no hay ni una bicicleta, así que el camino es corto y fluido.


Empecé el día como trato de comenzarlo desde hace meses: durmiendo hasta tarde. Mi "horario" de votación favorito es entre las 2 y las 2:30pm, a esa hora inexplicablemente la situación en la calle es más tranquila y a mí no me gusta estar estresándome innecesariamente, sobretodo por temas de política... MUCHO MENOS por temas de política. Aunque... hubo una pequeña diferencia el día de hoy.

Esta vez mi madre tenía que votar cerca al lugar donde me toca votar siempre (voto en el mismo sitio sea para presidente, alcalde o la nueva tía veneno del barrio) y se ofreció a llevarme, pero dijo "sales conmigo o te vas por tu cuenta", y ese "te vas por tu cuenta" para mí significa "ya pa'qué voy". Entonces mi día comenzó más temprano. Estaba listo, me puse lo que tenía a la mano (ni que fuera a ir a una boda) y me senté a esperar: mi tío también votaba por la zona así que era una persona más. Parecía más un paseito familiar que día de elecciones, así que comenzamos bien.

El plan era, según mi madre: "primero dejamos a tu tío para que vote, mientras tanto yo voy a votar y luego te acompaño. Cuando los dos terminemos regresamos por tu tío y nos vamos para la casa". Así que dicho y hecho, pasamos primero por el colegio donde votaba mi mamá--- espera, qué? Pensé que primero dejábamos a mi tío para que votara y luego--- Bueno, no importa, de todos modos dijo "no me demoro, espérenme en el carro". 5 minutos después sale con el dedo morado y el DNI en la mano. Mi tío sorprendido le dice "entraste a votar o a pedir que te presten el baño?". Riéndonos, pasamos a dejar a mi tío para que vote, pero como la nota estaba bien tranquila, decidimos esperar. Mi mamá me pide que entre para ver si va a demorar. Me asomé por la puerta del colegio, habían dos cachacos con sus metracas y tenían una cara de aburrimiento total. Pensé "si me meto y salgo sin el dedo morado, seguro empezarán a molestar, mejor miro de 'ajuerita' nomás". Pero de afuera solo se veía un corredor y una canchita de futbol. La cancha estaba vacía, nadie entraba ni salía, volví al auto y le dije "no hay nadie, no va a demorar". Solo esperaba estar en lo cierto. Pero luego de un rato considerable mi tío aparece y nos dice "JUSTO cuando entro a votar, los presidentes de mesa bajan para atender a una minusválida... no había NADIE adentro, solo yo en la puerta esperando que regresaran". Automáticamente le dije a mi mamá "ves? te dije que no había nadie!". Obviamente me miró con cara de "acaso he dicho algo?"... pero pude disimular mi nerviosismo al pensar que ella sospecharía algo... sospechar qué? No lo sé, me asusté por gusto.

Finalmente era mi turno. El colegio donde tenía que votar se encontraba a pocas cuadras así que el viaje fue menos que corto. Entré y era exactamente igual a la última vez que voté ahí: el mismo pabellón, mismo piso, mismo salón, mismo lado del salón-- faltaba poco para que los presidentes de mesa sean los mismos de la vez anterior. Cumplí con mi "deber" cívico, pregunté si "podía remojar la puntita nomás" (ajá, sé que no suena bien, pero me refiero al dedo medio) y el presidente de mesa me dice "con tal que se vea al salir, no hay problema". Me manché lo menos posible dentro de lo aceptable, y me fui. Afuera me esperaban mi madre y mi tío, los dos comiendo un helado, y yo, sudando como marrano, sin un sol en el bolsillo, dije..... "me invitan?". Me dieron 2 luquitas y me dijeron "cómprate uno baratito nomás". Fui donde el heladero, mismo chiquillo, casi saltando, pedí un Jet (de lúcuma, buenazo) y por fin nos dirigimos de regreso a casa.....

PERO AHÍ NO TERMINA TODO! En una parte de Roca y Bologna se armó una colaza de carros y los 3 nos preguntábamos qué había pasado. Avanzamos un poco más y escuchamos gritos entendibles, nada de pánico o histeria. Un choro se quizo pasar de gracioso y parece que para su mala suerte, un VIP regresaba de votar. Pueden deducir lo que ocurrió. Cuando conseguimos acercarnos a la fuente del caos, pude ver vagamente a un animal gigante tirado en el suelo y lo que parecía ser un brazo saliendo debajo de él... creo que era el delincuente. La gente gritaba para que más personas fueran a tirarse encima, parecía apanado. Casi sentí pena por el choro..... casi. Incluso vi que una señora le hacía señales de "alto" a las personas que se iban acercando: si alguien más se le tiraban encima, lo aplastaban. Suficiente era con el elefante que lo tenía atrapado. Va a pasar un tiempo antes que el choro haga de las suyas otra vez... tal vez un día o dos.

Y bueno, contento porque al menos no todo fue tragedia hoy (día de elecciones pues, pero lo bueno es que agarraron a un choro y le dieron su chiquita) regresé a mi casa, a escribir esto y a esperar los resultados a boca de urna. Hoy NO TRABAJO, toca descansar un poco de tanta demencia política... si es que todo sale bien.

Ah, y por fin Facebook se volverá a llenar de fotos de poseros y comments de maniacos-depresivos... como siempre debió ser.