domingo, 27 de abril de 2008

No lo hago por tí... hazlo por mí...

Un día estás en tu casa, tu enamorada (o enamorado) se pidió el día libre porque quería ver a un familiar o alguna otra persona relevante que obviamente no comparta el mismo tipo de cariño que uno le da. De todos modos tiene una excusa para no pasar el día contigo. En fin, estás matando el rato cuando de repente una persona del género opuesto te hace una propuesta... y quién sabe, tal vez sea una propuesta un poco comprometedora. Lo que uno usualmente diría es: "Lo siento, no puedo aceptar... ya estoy con alguien y no quiero hacerle eso porque a mí no me gustaría que me hicieran lo mismo".

Esto no solo pasa con las parejas, puede pasar en cualquier rubro, pero el compromiso que genera querer a alguien te hace pensar en las cosas que no debes hacerle porque te pones en su lugar y sientes que sería feo que te hicieran eso. Y es aquí donde inicia el tema de este post. Muchas veces nosotros nos enfrentamos a decisiones simples pero de consecuencias catastróficas si no se piensa con calma en la respuesta o la opción que uno elegirá. Salir con un viejo amigo, comer un helado con una amiga... todas estas situaciones son tan simples que decir "sí o "no"debería demorar máximo 2 segundos en pensar... Pero la torta cambia de sabor cuando tenemos que pensar en alguien más, alguien de quien esperamos y no esperamos cosas.

Salir con un amigo es inofensivo, es solo un amigo. Pero qué sucedería si tu pareja sale con un amigo(a)? Tal vez te pongas celoso(a), tal vez pienses que pueda pasar algo más... tal vez piensas que no te gustaría que te hicieran lo mismo. Debido a eso, simplemente decides rechazarle la invitación a un amigo... un amigo! Nada de qué preocuparse... Pero para muchos, la amistad entre hombres y mujeres no existe. No puedes correr el riesgo de ver cómo tu pareja sale con alguien porque por ahí se puede cocinar algo a tus espaldas. Y como por arte de magia, crees en el balance kármico y decides no salir con tu amiga, porque no te gustaría que tu pareja saliera con alguien.

Debido a este y muchos otros miedos, optamos por no hacer las cosas. No humillarías a alguien porque no te gustaría que te hicieran lo mismo. No ignorarías a alguien porque no te gustaría estar en su lugar. Nos esforzamos tanto por NO hacer lo que no nos gustaría que nos hagan... Pero dónde queda lo que queremos que hagan por nosotros? A cuántas personas has escuchado decir "le daré una segunda oportunidad porque me gustaría que hicieran lo mismo por mí". Errar es humano, pero no perdonar es negar la humanidad que todos tenemos dentro. Tarde o temprano todos cometeremos un error por el cual queremos una nueva oportunidad.

Es imposible vivir sin meter la pata. Ahora imaginen qué difícil sería vivir sin poder perdonar o ser perdonado.... A quién no le gustaría que le den otra oportunidad si comete un error? La vida está llena de segundas oportunidades porque nadie es perfecto al primer intento. Pero retomando el ejemplo citado al principio de este relato, supongamos que aceptas salir con tu amiga y la decisión resultó ser una muy equivocada. Peleas con tu pareja por un tiempo prolongado y terminan por separarse. El sentimiento de culpa te agobvia, deseas pedir perdón por lo sucedido... pero lo que escuchas es un rotundo "NO!"

Echado en tu cama, mirando al techo pensando en todo aquello que ni se te ocurría cuando estuviste con esa persona que te trajo tantas alegrías, un deseo cruza por tu mente: "por qué no me da otra oportunidad? yo le daría una segunda oportunidad si ella me hubiera hecho lo mismo...."

Por qué es más fácil NO hacer las cosas que no nos gustaría que nos hagan? Cuál es el miedo de hacer lo que nos gustaría que alguien más haga por nosotros?

Muchos dicen "no lo hagas por los demás, hazlo por tí mismo"... Pero si las cosas fueran así, para qué querer a alguien más? para qué compartir tu tiempo, tus sueños, tus metas... tu vida con otra persona? Necesitamos a alguien más, y del mismo modo necesitamos que los demás hagan cosas por nosotros, para nosotros. Todo lo que haces se te regresa, y mientras más demore en regresar, más grande será el beneficio. Pero mientras tanto, haz por otros lo que te gustaría que otros hagan por tí, pero no presiones tus propios límites. Al fin y al cabo, la persona más importante dentro de todo esto sigue siendo uno mismo.

0 Comments: