sábado, 2 de julio de 2011

Se vaaa... se vaaaa! Se fueee la peluca...

Hoy. sábado 2 de junio... ocurrió un hecho inconcebible para mí. Hoy... perdí como 4 kilos de pelo... (si, si, el pelo no pesa tanto, pero con todo lo que me cortaron hoy, podrían haber hecho una alfombra). Este post es en memoria a mi no-tan-asquerosamente-largo ni tan-corto-como-para-no-hacer-escándalo pelo.


El día comenzó bien temprano, OBVIAMENTE algo a lo que no estoy acostumbrado. Tuve que despertarme a las 10am con el dolor de mi alma (CÁLLENSE!!... 10am para mí es inhumanamente temprano), le di la última lavada a mi pelo mientras lo contemplaba con resignación... Llegó mi padre a recogerme y empezó el viaje rumbo a ciudad Tortura.

Fuimos a una peluquería a la que siempre va mi papá a cortarse el pelo (o lo que le queda) y me dijo que podrían hacer un buen trabajo conmigo, total, hace casi o más de un año que no me cortaba el pelo. Al entrar, escuchaba los murmullos como si una especie de criter mutante hubiera sido expuesto en una feria científica, o como cuando entra el tipo del que se rumorea que su mujer le saca la vuelta con unos 10 hombres... por día. Entre las voces escuchaba "cuáaanto rulooo..." o "se lo va a cortar??", mientras me miraban con cara de incredibilidad. Simplemente con estar ahí sabía que no debía estar ahí... irónico, no? Sí... detesto las ironías de la vida.

...Era como si me estuvieran esperando... aunque la verdad sí, me estaban esperando. Un día antes mi papá le dijo al peluquero que me llevaría, y como él atendía en la mañana, teníamos que ir en la mañana. El ambiente se sentía como aquel antes de una ejecución: todo en cámara lenta, el cielo teñido de rojo, el sentenciado caminando hacia la guillotina, el verdugo esperando pacientemente a que su víctima llegue, y el público contemplando el "espectáculo".

Fue rápido e indoloro... para los demás. Lloraba por dentro mientras veía que la tijera destruía lo que tomó años de dedica-- no, esa parte es mentira, fueron años de flojera y evasión de la peluquería, pero me encariñé con mi pelo y--- VOLVIENDO AL TEMA, cortaron... y cortaron... y cortaron. Pelo corto... otra vez. Moría de frío, sentía la cabeza más ligera, tenía esa sensación de "cabello fantasma", así como cuando alguien pierde una extremidad y siente que aún la tiene ahí. Me pasaba exactamente lo mismo, no paraba frotarme la frente tratando de sacarme los mechones que ya no colgaban más. Y por si no fuera suficiente, miraba al suelo y habían pelos por todos lados, parecían hijos del tío Cosa, nada más les faltaba arrastrarse y hacer sonidos con la nariz.

Mientras trataba de adaptarme a la nueva realidad, mi padre aprovechó para hacerse unos retoques en su alfombrado plateado, no demoró mucho. Regresamos a su carro, y en el camino me congelaba: orejas frías, frente fría, cuello frío... no habían pasado ni 2 minutos y ya extrañaba mi capucha natural, pero con cada mampara o ventana que pasaba no perdía la oportunidad de darme una chequeadita a ver qué tal quedó el trabajo en contra de mi melena... y no estaba nada mal. Toda la faena me sacó como 10 años de encima (no es que sea algo que realmente me de un motivo para existir, simplemente se notó el rejuvenecimiento al instante). Llegamos al auto y mi papá se tomó unos minutos para fumarse un cigarrito. Luego de un poco de turismo sexual (luego explico) y entre conversa y conversa, nos dimos cuenta que una señora (que se estacionó hasta las patas) bajó y sacó dos cajas muy pesadas con... libros (?) y los puso sobre la vereda. Mi papá y yo guardamos silencio analizando la situación. Para evitar ser tan obvios, nos decíamos unas dos o tres oraciones y luego mirábamos a la señora de nuevo. Al final, ella misma tuvo que levantar las cajas sola, con gruñido de esfuerzo incluido, y se metió a una tienda. Me dirigí a mi papá y le dije "no sabía si ayudar a la señora o no" (personalmente, parecía hombre alucinantemente operado... otro de los factores que me detuvo) y mi papá dice "sí, yo tampoco... porque luego si intentaba ayudarla tal vez me creía choro y retrocedía, gritaba, me echaba gas pimienta, hacía un chongazo, y yo parado como idiota con la mera intención de ayudar... se puede meter sus cajas por el ©µⱠⱷ".


-*Espacio separado para 10 minutos de risa descontrolada*-


...Terminé de reír (o de llorar de la risa) y le dije "te proyectaste un poquiiiito demasiado con respecto a la tía... pero sí, supongo que podrías tener razón". "Obviamente tengo razón" fue lo que me respondió... Ya qué le voy a decir, pues. Bueno, de ahí fuimos a comer a la Romana. Genial, la comida muy rica (todavía siento el plato de tripasta en el esófago *burp*), con "su limonadita más" y sin postre (ya no había sitio, mucha obscenidad solo con la entrada y el segundo). Como todavía era temprano (1pm aprox) tratábamos de hacer hora (los dos sabíamos que luego del corte de pelo y la comida invitada, no me iba a ir como si nada... para mi mala suerte), y a mi papá se le ocurrió la idea de ir a su casa a jugar el simulador de vuelo para verlo aterrizar un jet*

* nota: cuando mi papá dice "mírame aterrizar un jet" solo lo veo volar en zig-zag sobre la pista de aterrizaje utilizando maniobras que ni un águila podría resistir... por su puesto, consigue aterrizar el jet... con el pico o un ala enterrada en el suelo primero.

El resto del día fueron operaciones rutinarias: ir a Plaza Vea a comprar provisiones, luego a Ace para comprar una cinta extraña para una aplicación inusual en la casa de mi papá (lo que terminó en desgracia... pero eso lo cuento otro día) y luego me depositó en mi casa. Tomé una siesta que también terminó en desgracia y luego me senté en la compu a escribir todo esto... que para variar terminó en desgracia porque tomé una pequeña pausa de como 9 horas para luego volver y terminar la redacción. Son casi las 3am, así que comprenderán que estoy muy cansado y pasaré de frente a mi conclusión.

Tener el pelo largo o corto son dos mensajes totalmente distintas. Mientras que el pelo largo esconde facciones, aporta al misterio. Por otro lado, el pelo largo también da la impresión de... asco, o comúnmente definido como pastrulo, pordiosero, vago, choro, etc, etc. El pelo corto es algo que te permite mostrar la cara, más facciones... es como un empujón al ego, denota nivel y, por su puesto, limpieza y nitidez.

De todos modos con ambos tipos de corte se me ve bien, pero ahora que la noche está helada, necesito ponerme un chullo para dormir. Los días serán difíciles ahora que no tengo pelo que abrigue. Mejor llevo una bitácora de cada día con el pelo corto para ir informando de mi condición.



Bitácora del semi-pela'o - día 1, mes 1 del año 1 d.c (después del cabello):

Me muero de frío, quiero mi peluca de vuelta, me voy a dormir. Hasta la próxima.

miércoles, 29 de junio de 2011

Simplemente complicado... o complicadamente simple?

Hace unos días conversaba con una amiga que, de forma muy amistosa y considerada, me dijo: "eres la persona más complicada del mundo". Siendo alguien tremendamente simple, pensé: "complicado, yo?? No puede ser... trato de ser lo más sencillo posible, no es que me detenga a pensar en todo lo que hago por alguna razón elaborada... es decir, si quiero algo o no, eso yo lo sé, sé quién soy y cómo soy, no sé a qué se refiere con ser complicado.....". Media hora después, descubrí por qué ella (y muchas de las personas que me conocen) piensan que soy así. Daré inicio a un muy largo y confuso párrafo explicando cómo es que la gente sabe si somos simples o complicados.

Empezaré por decir que el párrafo no será largo ni confuso... se llama "sarcasmo"... es como una mentira que intenta transmitir una ide-- sí, sí, no necesito explicarlo, no es que sea complicado, simplemente pensé que sería bue--- ESTÁ BIEEENNN, escribiré el párrafo... (no lo dejan ser a uno).

Primero la diferencia entre ser simple y ser complicado radica en el "por qué" de las cosas que uno hace. Todo lo que hacemos es "por algo". La gente sencilla lo hace "porque sí" y la gente complicada lo hace por no menos de 50 razones. La complejidad o simplicidad no se puede identificar; la forma de ser, manías y costumbres se manifiestan a través de la persona misma y sus acciones, pero el "por qué" de ellas es lo que escapa a nuestra percepción. Lo explicaré con una pregunta bien simple: sabes por qué alguien hace algo? Obviamente no, y creo que a más de la mitad ni le interesa, pero la única forma de saberlo es por un método de comunicación ancestral: el habla. Sí, sabemos si alguien es sencillo o no porque nos lo dice. A veces lo dice voluntariamente para informar de la intención de sus acciones y para que no lo cuestionen (JA! como si eso fuera a ayudar), o a veces lo hace "sin querer queriendo" para justificar algo. Luego de varias experiencias, uno puede decir "esta persona es así".

Supongamos que estamos en algún lugar con un amigo, y nos invitan agua. Nos secamos el vaso y lo queremos poner en un sitio pero el amigo dice "no lo pongas ahí porfas, ponlo por allá". Algunos levantarán los hombros, harán un gesto y dirán "bueeeno" y obedecerán, pero con tanta gente curiosa, lo más probable es que pregunten "...por?". Tal vez lo dijo porque alguien lo puede botar, como pudo ser porque el vaso ahí no lo deja estirar el brazo... Ve tú a saber. Incluso uno mismo, reacio a creer que te pidieron eso "porque sí", podría estar maquinando un sinfín de teorías. En este punto, los dos son simples o complicados, pero en hechos uno solo dijo 3 cosas y el otro mueve un vaso... Simple.

Pero... si el amigo dice "podrías poner el vaso en otro lado? alguien lo puede botar".... ahí se regaló. Anunció totalmente que su concepción de las cosas es compleja. Lo primero que pensamos es "te haces muchas bolas". Si somos unos holgazanes intelectuales (como la mayoría *cof*), diremos "mucho piensas, no te compliques" o el clásico "no pasa na'!". Si somos más astutos, entenderemos que esa complejidad es más que nada pura previsión y de cierto modo es algo beneficioso.

Pero ser complicado es medio psicótico... o paranoico. Con las cosas conocidas podemos ser metódicos o previsivos, pero las cosas nuevas se convierten en desafíos (trabas) y el cerebro corre a mil pensando en posibilidades y opciones, por lo que perdemos la agilidad o la capacidad de tomar una decisión SIMPLE y seguir adelante. En pocas palabras, ser complejo evita sorpresas, mientras que ser simple es un tema de espontaneidad. La gente "simple" es más dinámica, toma las cosas como vienen, "aprovechan oportunidades", son menos prejuiciosos. La gente "complicada" es más parametrada, tranquila y "organizada", son más analistas.

Así que, en resumen, la complejidad y simplicidad es algo que la gente lleva por dentro, algo que nadie averiguará (nuevamente, a menos que abras el hocico y te vendas). Esto me lleva al comentario de mi amiga. Ella sabe que soy... "complicado" porque siempre hago las cosas por diversos motivos y, ENCIMA, lo anuncio. Pero esa es mi forma de ser, cuando hago algo intento decir el por qué como si ese granito de "sabiduría" fuera a cambiarle la vida a las personas que me rodean... aparte de pavonearme con mi audacia.... Creo que ni siquiera me prestan atención, pero en fin. Me chocó que me dijeran que soy complicado, lo sentí como una patada a los pulmones: me dejó pasmado y sin aliento. No es gran cosa pero nadie duda en sobeteármelo por la cara cada vez que pueden como si fuera EEEL defecto. Los que me conocen a medias pensarán que soy práctico, pero los que me conocen bien saben cómo soy...

Ahora el tormento de ser "complicado" me persigue a todas partes, pero la charla con mi amiga me ayudó a comprender que no necesito dar explicaciones. Y que si quiero ser simple... simplemente tengo que hacer las cosas... calladito.

domingo, 5 de junio de 2011

El día en el que el Perú... explotó.

Esta será la última vez que hablo de política porque estoy más allá del hartazgo con este tema.


Hoy, día de elecciones, la gente está al borde de su asiento esperando el resultado final... Pero mi pregunta es: qué diablos esperan? Están preocupados por saber si ganó el menor de los males o si perdió el peor de los dos? Se dan cuenta que las dos preguntas son un poco lamentables?

Todo comenzó el día en el que por alguna extraña razón (radiación gamma, alineación planetaria, desayunos preparados con leche rancia, etc) la gente empezó a desprestigiar a los candidatos. Las elecciones iniciaron de forma tranquila con cierta variedad de candidatos (la mayoría con pasados "un poco" desagradables) y habían opiniones algo dispersas pero respetables. Como los números estaban algo parejos, cada candidato empezó a adoptar medidas "estratégicas" para captar votos. Castañeda se quedó calladito (buena estrategia, chochera, la repites para el 2016, ya?), Toledo insinuó disimuladamente que si la querían que todo siga "normal", tenían que votar por él. Nuestro querido y estimado PPK apuntó a la "gentita nice" (porque obviooo! La gentita nice es Lima! y Lima es el Perú!), Ollanta apuntó al resto del país (llámese la gran mayoría... sí, esa gente que vive fuera de la capital que trabaja el triple que nosotros y gana menos de la mitad, ellos) y Keiko trató de afianzarse a los pocos seguidores que quedaron luego del gobierno de su padre.*

Aún con estas estrategias, los números seguían algo parejos. Se intentaron todos los medios "nobles" para atraer votantes y no funcionó. Entonces, hay que acudir a métodos menos... "convencionales". Empieza la búsqueda de trapos sucios. Y qué hace la gente cuando encuentra los trapos sucios? Lo difunde. Y quéee pasa cuando la gente difunde esos trapos sucios? La oposición exige... venganza. "Ojo por ojo, diente por diente", etc, etc... etc.

Es algo así como la sed de sangre: la gente comienza intentando destruir a alguien, pero eventualmente empezará a destruir todo. Pierden el control de lo que hacen embelesados por la idea de "generar un cambio" o, más bien, "prevenir un desastre". Poco a poco va desapareciendo el sentido inicial y se convierten en máquinas de odio que reparten su porquería a los demás. Pasan de "pro-uno" a "anti-el otro", olvidan la bandera por la que luchaban mientras más intentan destruir la bandera de quienes los amenazan. Y todo es mucho peor cuando los fanáticos se quedaron sin bandera qué defender.

La situación en el Perú se convirtió en una campaña electoral "anti-presidente"... primera vez en mi vida que veo esto. Los que no ganaron se resintieron con los demás (que TAMPOCO ganaron) porque debieron apoyar al mismo candidato (obviamente SU favorito) para evitar una tragedia mientras los ganadores se regodeaban con su victoria temporal. Pasamos a segunda vuelta y el problema se complica: la mitad del país ya sabe quién quieren que gane, mientras que la otra mitad solo sabe quién quieren que NO gane. Lo pondré en una ecuación simple:

50% a favor de alguien + 50% en contra de todos = 100% Caos.

Llega el día de la votación y los que saben por quién votar se sienten orgullosos de hacerle un favor al país, mientras que la otra mitad se siente en la obligación de salvar al Perú de un destino "no tan trágico como si hubiera ganado el otro".

Ahora, quisiéramos o no, tuvimos que votar por uno de los dos. Anular o viciar el voto es solo otra muestra de cuán inmaduros y malos perdedores pueden ser algunos (muchos), y si votaron, espero que lo hayan hecho pensando en favorecer a uno y no en arruinar al otro.

Yo apoyo a cualquiera de los dos porque inevitablemente alguien será presidente, y como en un hogar, alguien tiene que ser la autoridad y nosotros debemos obedecerla y respetarla para poder vivir en armonía. Y si no les gusta... tienen las puertas bieeeeen abiertas....


*Nota: no culpo a nadie por elegir a un determinado candidato, haya ganado o no. Admito que tengo un poco de resentimiento como cualquiera algo "decepcionado" de la gente en este país, pero es una miserable pérdida de tiempo señalar culpables cuando ya tenemos una idea de lo que nos toca para empezar a construir.

jueves, 26 de mayo de 2011

Al menos una oportunidad

La idea de esta entrada proviene de un frasco con azúcar... Sí, un frasco.... con azúcar.


Estaba preparándome mi lonche (fiel a la leche caliente con cocoa y sus dos pancracios con mantequilla; dicen que la leche caliente ayuda a dormir) cuando me puse a pensar en qué marca de azúcar habrá sido la que compraron esta vez. Yo, que me juro "fino", trato de comprar blanca embolsada de una marca conocida, pero la gente más práctica compra lo que sea con tal que venga un kilo y sea azúcar. Entonces vislumbré la compra de este producto e imaginé por lo menos 4 posibilidades en las que el azúcar que compraron no era exactamente la que yo habría elegido. Aquí viene una cascada de recuerdos y un poco de sentimiento de culpa.

Vinculando memorias, recordé aquella vez, hace no mucho, cuando mi madre escogió una bolsa de leche fresca de una marca totaaalmente desconocida para mí. La bolsa era completamente blanca y el nombre y logo solo eran siluetas de color azul o negro que se repetían interminablemente sobre el empaque. Mi primera reacción (citada textualmente) fue: "Má'? Má'... qué-- qué estás comprando??? Compra leche de verdad, quieres???". Sé lo que están pensando: "háblale bonito a tu madre oe, qué te pasa". Lo sé, intenté ser gracioso, sarcástico y la vez incisivo... pero parece que esto último siempre opaca lo demás. Mi mamá puso cara entre risa y duda y me dijo "pero... qué... no? nunca has probado?", a lo que contesté "no probaría una leche que viene en una bolsa así". Acá viene el hachazo: mi madre, con algo de pena, regresa la bolsa a su sitio y dice "esta era una marca de leche que tomaba hace años... era bien rica".

Sí, hasta ahora me sigo sintiendo la peor basura del mundo. Por eso escribo esta entrada, para que quienes me lean tengan una alternativa más agradable cuando una situación así se presente y puedan estar tranquilos y hacer felices a los demás.

Lo explicaré.

En la vida se van dando muchas cosas que van formando nuestro carácter y lo que también conocemos como nuestras "zonas de comodidad o confort", es decir, lo que nos rodea y que nosotros permitimos o nos parece aceptable y cómodo. Te das cuenta claramente cuáles son tus zonas de confort cuando alguien te propone algo diferente y con flojera total dices "en serio...? pero por qué no...". Otra reacción es negarlo con cara de poco convencimiento. Al final siempre sugeriremos algo mejor "por X motivos. Esos "X MOTIVOS" son nuestra zona de confort.

Lo que pasó con mi madre fue (al igual que con el azúcar) que mi complejo de "fino" me llevo a rechazar esa leche por el empaque sin siquiera probarla o saber por qué la quería comprar. Estoy 180% CONVENCIDO que herí los sentimientos o los recuerdos de mi mamá al hablarle así y pedirle que sacara otra cosa. Mientras tomaba mi lonche, recordaba todo eso y mi leche tuvo un sabor amargo. Parece que la conciencia también puede saborizar los alimentos. Me pregunté si la leche que rechacé de verdad era rica. Si mi madre la tomaba hace tiempo, tal vez yo también la debo haber tomado y ni me acuerdo...

Muchas personas pretenden enseñarnos o introducirnos a algo que a ellos les gusta, pero a nosotros no nos agrada o satisface por el simple hecho de no saber qué es. Rechazar rotundamente eso destruye por completo la ilusión de compartir. A veces sería bueno pensar en la otra persona antes de negarse sin meditarlo. Obviamente estoy hablando de gente cercana a la que le tenemos cierto tipo de afecto: mientras más grande el afecto, más grande la desilusión que podríamos causar. Darle una oportunidad a algo no significa "aceptarlo para siempre", podemos permitirlo como quien dice "para darle gusto". Créanme que con eso basta.

Lo que intento decir es que todo (y hasta cierto punto la gente también) en esta vida merece una oportunidad, no solo por nosotros, sino por la personas que nos rodean. Además, tal vez esa leche estaba buena y encima económica (iba a poner "barata" pero recordé una sugerencia) y por cerrarme seguiré comprando "fino" tirándome mi plata con miedo a probar algo nuevo o diferente. Podríamos estar dejando escapar oportunidades irrepetibles, solo que uno nunca lo sabrá... pero como dice el dicho: "la ignorancia es felicidad".

Podemos hacernos los locos y desperdiciar oportunidades sin saber, pero creo que preferiría jugármela y ver qué cosas nuevas y buenas se pueden descubrir.

miércoles, 18 de mayo de 2011

"Ser adulto apesta"

Hace tiempo tenía este tema en la cabeza. Se ha vuelto muy recurrente ahora que varios amigos y yo nos estamos volviendo... *ugh* viejos... (sí, ustedes, los de mi generación). Se trata sobre ser "adulto" y lo que realmente significa ser uno.


Para muchos, parece que ser una persona "adulta" significa tener responsabilidades y preocupaciones, ganar dinero, manejar su propia vida, sufrir sufrir sufrir, etc. Los más "astutos" tratan de salir a divertirse para botar todo el estrés acumulado principalmente por el trabajo. Aquí viene mi primera observación al respecto.

La mayoría de trabajadores, llámense "los afortunados", han estudiado una carrera, saben lo que hacen, empiezan desde abajo pero con una idea de lo que les toca hacer y, por lo general, una proyección de a dónde quieren llegar. Uno asume que la profesión que alguien elige es la que le gusta, y por lo tanto el trabajo que realizará deberá gustarle y hacerlo feliz. Aunque por desgracia no siempre es así, esta es la primera señal de madurez: la capacidad de elegir lo que uno prefiere con una buena razón, y eso separa a un "niño" de una persona madura. No hay problema si pedimos consejos para elegir, pero sería un problema si dependemos de los demás para que elijan por nosotros.

En la vida siempre se presentarán opciones, alternativas múltiples de las cuales varias (a veces "todas") serán desagradables, incómodas o incluso perjudiciales en cierto modo y hasta cierto punto. Otra señal de madurez es la voluntad que tiene una persona de manejar situaciones inevitables poco favorables para sacarles provecho o, en caso que no haya ningún beneficio, cumplir con la responsabilidad al 100% dando lo mejor que uno tiene. Si le decimos a un niño que haga algo que no quiere, su primera reacción será...? Exacto, la rabieta. Los niños no tienen responsabilidades sociales, civiles, laborales, existenciales... Nada de nada. Los padres son quienes deben "someterlos" a ese tipo de obligaciones consumidoras que lo van limitando poco a poco hasta convertirlos en modelos que la sociedad necesita... Lo pondré en castellano moderno para los que no entendieron: los niños solo son niños. Si tienen que hacer algo que no quieren, llorarán y se portarán mal, harán un escándalo vergonzoso en donde sea solo para salirse con la suya. Hay "adultos" que reaccionan igual, pero como personas con una rango más amplio de comunicación y una noción más desarrollada de vergüenza, no van a llorar ni hacer rabietas en público (obviamente, hay excepciones). La madurez nos permite regular el nivel de nuestra reacción ante situaciones que no nos agradan.

Del mismo modo, una persona adulta sabe cómo y cuándo decir "no". Si nosotros le decíamos que "no" a nuestros padres, por lo menos nos caía nuestra cachetada con volteada de cara hasta la espalda. Pero ya somos mayores y decir "no" es una opción que debe manejarse conscientemente. Tanto aceptar como rechazar algo trae consecuencias. La persona madura se anticipa o al menos estará lista para asumir la responsabilidad de lo que ocurrirá. La gente inmadura utilizará la excusa de "ya estoy viejo como para que me estén diciendo qué hacer" y dirán que "no" por el simple gusto de mandar a rodar algo o alguien. Ser maduro también significa PENSAR.

Por último, un adulto con una responsabilidad se asegurará de cumplirla como sea. Esta es la máxima expresión de la madurez. La persona inmadura recurre a la "delegación de culpables". Es muy fácil asumir una responsabilidad que involucre a varias personas y culpar al que no cumplió, incluso si uno puede hacer algo al respecto pero "no, eso le toca a él, no a mí, y no pienso hacer nada". También está la gente que le echa la culpa de todas sus desgracias a los demás. Si les va mal, es culpa de otro. Si no tienen "suerte" o éxito, es porque una persona X hizo (o no hizo) algo... Creo que ya van entendiendo a dónde quiero llegar. Un adulto de verdad no deja que su vida dependa de terceros directa e indirectamente.

La cantidad de problemas que uno puede tener es grande, pero se multiplica por cada persona con la que nos cruzamos en la calle, en el trabajo, universidad/academia/instituto o incluso en casa. Nosotros, como personas capaces, podemos hacer algo, y solo un verdadero adulto lo hará tomando en cuenta los puntos que mencioné: buena disposición, buen juicio y toma de decisiones a conciencia.

En resumen, ser maduro no significa despertarse todos los días temprano y "sobrevivir" el día como puede y acabar estresado o de mal humor. Un adulto sabe sacar lo mejor de las cosas, trata de mantener el equilibrio entre las responsabilidades, su tranquilidad, y su relación con los demás. Ser adulto significa encontrar solución a los problemas. La vida no es fácil con tantas cosas que hacer, pero si usamos nuestra inteligencia y determinación, las cosas saldrán bien, y si no están bien, mejorarán.

Ahora... Existen personas y situaciones con las que uno no podrá congeniar por más que lo intente con la mejor disposición. Tenemos nuestro tiempo y nuestro espacio pero poca gente lo recuerda, lo entiende o mucho menos lo respeta. Así que recuerden: una persona madura también sabe cuándo mandar todo al diablo.... y también cuándo vengarse....

jueves, 14 de abril de 2011

Sueño raro Nº........ perdí la cuenta

Anoche tuve otro de mis sueños raros (no dije feo) con esos posibles significados ocultos que podrían cambiar el rumbo de tu vida si es que consigues interpretarlos.

El sueño comienza en el interior de una casa "antigua", en el segundo piso específicamente. Era totalmente de madera pero con un acabado y materiales muy finos. La decoración era vieja, los colores eran un tanto opacos, la madera era de color marrón bien oscuro tanto en las paredes como en el suelo y techo y los adornos parecían ser de bronce con plata. Ni bien subían las escaleras se encontraban con una sala de estar que se abría para la derecha y daba a una puerta de dos cuerpos muy alta, hecha de madera también, pero cada cuerpo era una sola pieza sólida. En la mitad de la sala había una sola ventana alta tapada por unas cortinas antiguas y delgadas que dejaba pasar un poco de luz, la habitación estaba lo suficientemente iluminada como para poder ver con claridad todos sus detalles.

Detrás de la puerta (que se abría para adentro) estaba mi cuarto, era "pequeño", más largo de izquierda a derecha respecto a la puerta que ancho o "profundidad". Era tan angosto que mi cama entraba como pieza de rompecabezas cuando la ponía contra la pared, dejando un espacio vacío al centro donde iba una alfombra circular simple a unos pasos de la chimenea que adornaba la pared, mientras que a la derecha se había una cómoda y una mesita de noche con 2 cajones. Sobre la cama se encontraba una ventana no tan alta pero que del mismo modo dejaba entrar suficiente luz, sobre la chimenea había una repisa con muñecos muy viejos, y en la cómoda habían retratos y candelabros antiguos que se veían en buen estado pero necesitaban una pulida.

Siendo este el escenario de mi sueño, procederé a contar lo que pasó.

De algún modo yo fui a parar a esa casa, a vivir ahí. Pero aunque la casa parecía grande, creo que solo era hacia arriba y no hacia los lados, y la sensación de espacio era una ilusión en el interior. De repente, unos familiares me visitan-- creo que eran familiares, pero eran personas que jamás había visto, había la típica señora gorda respingada de los 50's, con su gorrito de tela fina y su pequeño bouquet de flores blancas incrustado en él, además de los guantes delicados y semi-trasparentes que usan, y una cartera cuyo único propósito es lucirla, además criticaba todo porque no era lo suficientemente "elite" para ella. Y Aparte estaban los otros "familiares" que admiraban el lugar con el mismo asombro con el que yo aún lo hacía. La señora, muy atinada, comenta "en este lugar parecen haber ratas, podrían estar en todas partes", lo que me llevó a contestar "pues no hay, porque en el tiempo que tengo acá no he visto ni una". Les ofrecí salir un rato a pasear, pero disimuladamente, esta señora decide quedarse atrás mientras nosotros bajábamos las escaleras. Me percaté que nos faltaba uno (era un poco difícil perder de vista a so-tremenda criatura) y regresé rápidamente preocupado por lo que esta chismosa podría hacer con tal de encontrar un defecto o arruinar el lugar... no confiaba mucho en ella.

Por desgracia, llegué demasiado tarde, la señora abrió la puerta de mi cuarto justo cuando me acercaba para detenerla, y como si fuera un zoom-in dramático, pude ver un pequeño ratón en la repisa sobre la chimenea. Aunque estaba preocupado, me sentía algo aliviado porque solo se trataba de UN ratón, pero me di cuenta que había un chillido que sonaba muy bajo, volteé y al borde de la ventana había otro ratón... El chillido se convirtió en varios, los ratones iban apareciendo misteriosamente en diversas partes de mi cuarto, hasta que de varios pasó a cientos, y pronto se sintió que habían miles. En menos de 1 minuto el cuarto estaba infestado de ratones y todos nos miraban con ojos poco menos que amistosos y la señora gorda reaccionó lo suficientemente rápido como para cerrar las puertas antes que un mar de roedores se nos viniera encima como marea. De hecho no lo podía creer, cómo era posible que tantos ratones vivieran en esa casa y yo no hubiera visto ni uno, ni siquiera oído uno? No podía evitar pensar que tal vez no estaban en la casa y simplemente decidieron aparecer ahí, justo en ese momento, justo con esas personas.

Por más extraño que parezca, la señora y yo tratábamos de contener la puerta porque los ratones intentaban abrirla. Sí, expliqué que la puerta se abría para adentro, así que los animales encontraron una forma de jalarla para intentar salir, pero la señora y yo la sosteníamos con todas nuestras fuerzas. De repente los ratones cambian de opinión y pasan de jalar la puerta a empujarla. Eran demasiados, posiblemente lograrían salir si derribaban la puerta en lugar de jalar. Tuvimos que redoblar los esfuerzos para contenerlos. Entre los sonidos de forcejeo, chillidos que iban en aumento, gritos de dolor y desesperación, madera crujiendo y rajándose, los demás subieron a ver qué pasaba, y podían ver dientes, garras y colas que salían por los bordes de la puerta que estaba a punto de estallar. Era obvio que no teníamos más opción que salir de ahí, pero teníamos que ganar tiempo de algún modo; si soltábamos la puerta así como así, no estaba seguro de salir entero de la casa. Al buscar alrededor por algo que nos sirva, noté una puerta para gatos en la pared, al costado de la puerta principal... y sí, lo peor que se pueden imaginar... habían ratones intentando salir por ahí. Ya sin pensar, solté la puerta, sujeté a la señora por el cuello de la blusa y la jalé mientras le gritaba a todos que salieran de la casa. Bajamos las escaleras y todo se puso negro, pero el sonido de las ratas invadiendo toda la casa no cesó... hasta un rato después....

Lo siguiente que vi es que estos familiares me habían llevado a un edificio. Era muy decente, casi casi lujoso, con cochera en el sótano. La señora dice con orgullo "nosotros vivimos aquí en un departamento, y tenemos un cuarto disponible. Puedes quedarte ahí". Mi rostro de desilusión total era obvio, pero las personas ahí conmigo solo sonreían pensando que todo estaba bien, que no había pasado nada y que esto era lo mejor.

Al rato, desperté... Qué podrá significar todo eso?

lunes, 11 de abril de 2011

La naturaleza del asunto

La política en el Perú es uno de los temas menos hablados en varios círculos sociales. Incluso en lugares donde la gente comparte tiempo y espacio pero no necesariamente gustos, las reglas siempre son "aquí no hablamos ni de religión ni de política". La religión es muy parecida a la política excepto que se vive todos los días por los fanáticos. Ahora veremos por qué la política es un tema tan complicado y conflictivo desde el punto de vista de una persona normal (osea, yo).


Al hablar de política, no hablamos exactamente de la teoría, hablamos de perspectivas. Es normal que la gente tenga opiniones diferentes porque así ha sido la vida y así será siempre, pero hay cosas más trascendentales que otras donde estas formas de pensar son importantes para quienes las expresan.

Cuando hablamos de cosas como el futbol o música, la gente siempre conversa y/o discute. Pero luego de un par de chelitas, o entre risa y risa, se olvidan esas rivalidades totalmente intransigentes porque hablar de quién es mejor en ese tipo de cosas es superfluo para nuestras vidas. Hay gente que sigue siendo hincha de equipos que no ganan ni un partido, mientras que hay fans de grupos donde todos los integrantes se convirtieron en una desgracia, y decirles que dejen de creer en ellos no los convertirá en nuestros enemigos. Pero... si tú le dices a una persona que deje de creer en un candidato o un partido político... es posible que sí.

Resulta que la política no es un tema de gustos, ahora es una forma de pensar, es una mentalidad que nos asocia a alguien con quien nos sentimos identificados a un nivel mucho más "profundo" y difícil de explicar. Decirle a una persona que abandone una mentalidad es como pedirle que deje de lado una parte de su ser, algo que obviamente nadie en el mundo con suficiente convicción quiere hacer. Debatir sobre política podría sacar lo peor de cada persona, o lo que podemos llamar "una naturaleza oculta" o "desconocida"o, por eso debe tratarse con cuidado, no solo sobre lo que uno dice sino también con quién lo dice. Estas conversaciones pueden convertir a los amigos en enemigos o a los familiares en desconocidos, y podría causarse un daño que varios justifican como "son puntos de vista, pero te sigo estimando"

Este tema es bastante delicado porque las reacciones varían mucho según el entorno en el que uno está, y lo peor es cuando descubrimos una naturaleza totalmente diferente en las personas que creíamos conocer. Al final, la gente civilizada ataca duro y se ríe o bromea con la intensión de "suavizar el golpe". Otros simplemente se creen dueños de la verdad y empiezan a repartir justicia verbal (o escrita) a todos los que puedan escuchar (o leer).

Meses atrás, cuando las elecciones estaban frías aún, nadie hablaba mucho de este tema. Solo sabíamos que algunos apoyaban a ciertos candidatos o partidos políticos, pero nadie cuestionaba a nadie porque había tiempo para "cambiar de opinión". Cuando se fue acercando la fecha de votación, los números ya eran un poco más sólidos y el país empezó a sufrir una mutación conocida por muchos: "el fervor político"... Aunque yo lo llamo fanatismo, pero bueno, igual da, la gente se raya por apoyar a su favorito.

El fervor político es lo que lleva a las personas a romper las barreras de lo apropiado y excesivo, y empiezan las sorpresas por todas partes. Desde gente que insulta a los demás, hasta personas que nos hostigan con propaganda sobre su candidato favorito. Todo esto siempre ocurre cuando ya es demasiado tarde para cambiar el destino de las elecciones. El propósito de este despelote es justamente el esfuerzo final por convencer a los demás que están equivocados y que la mentalidad que ellos profesan es la adecuada. Y, como lo dije antes, la gente no reacciona bien cuando les dicen eso, dando así inicio a la guerra.

Pero como en toda guerra, siempre hay consecuencias. Cuando se acerca el final, la gente aún tiene "excedentes" de fanatismo, y los resultados son los que determinarán si ese excedente se convierte en energías positivas o negativas. Si gana el que queremos, empieza la fiesta y alegría, celebración por aquí y por allá, el mundo es feliz porque ganó "el más indicado"... Pero si no ganamos?

Anticipando lo peor, empieza la liberación de ira a quien esté cerca, responsabilizamos y culpamos a los que no hicieron lo que debieron (elegir al "indicado"), tazamos de ignorantes a los que no piensan igual que nosotros y condenamos al país a un futuro de dolor y sufrimiento. La negatividad al máximo. Poco después viene la etapa de aceptación, donde todo el daño causado por ellos es irreversible pero la gente busca una pisca de redención intentando decir "bueno, ya nos frustramos, pero también hay que entender que no siempre se gana, insultarnos no cambiará nada". Otros canalizan su ira para decirles a los demás que dejen de portarse como animales (aunque quien lo diga haya sido y siga siendo un completo animal) y empiecen a portarse como personas responsables por el destino del país. Ya que la mayoría de gente que no ganó se encuentra en un estado de estupor, algunos ven a estos descarados como "reveladores de la verdad" mientras que otros dicen "hay que ser bien conchudo para decir algo así luego de todos tus agravios". Por lo general esto ocurre cuando una figura nacional respetada dice "las cosas son así, no como ustedes dicen" y todos los corderitos empiezan a actuar igual. Al menos la locura va en descenso.

Es aquí cuando la gente está demasiado agotada como para hablar de política y seguir atacándose y el nuevo tema de conversación es "el triste destino del país". También existen los malos ganadores que le refriegan el hecho en la cara a los perdedores y solo pueden atinar a decir "a ver, celebra ahora pues!" mientras ven con orgullo a su candidato en el cargo más alto del país.

Al final, no importa quien gane, el tiempo pasa, la vida continúa, y nuestros presidentes seguirán engañándonos. A pesar de haber pasado más de 30 años de secretos y mentiras (aunque sinceramente, siempre ha sido así), la gente seguirá pensando que algún día aparecerá quien nos gobierne con lealtad y sinceridad mientras votan por alguien que "no nos perjudicará tanto como el anterior".

domingo, 10 de abril de 2011

A votar... otra vez

Recuerdo como si hubiera sido ayer que fui a votar por el alcalde de lima y de mi distrito. Creo que el mismo recorrido, el mismo lugar de votación, la misma cola de 4 gatos y el mismo tráfico de siempre ayudaron con esa sensación. MENOS MAL, el tráfico no es un problema para mí. El lugar donde voto está metido entre calles y zonas por las que no hay ni una bicicleta, así que el camino es corto y fluido.


Empecé el día como trato de comenzarlo desde hace meses: durmiendo hasta tarde. Mi "horario" de votación favorito es entre las 2 y las 2:30pm, a esa hora inexplicablemente la situación en la calle es más tranquila y a mí no me gusta estar estresándome innecesariamente, sobretodo por temas de política... MUCHO MENOS por temas de política. Aunque... hubo una pequeña diferencia el día de hoy.

Esta vez mi madre tenía que votar cerca al lugar donde me toca votar siempre (voto en el mismo sitio sea para presidente, alcalde o la nueva tía veneno del barrio) y se ofreció a llevarme, pero dijo "sales conmigo o te vas por tu cuenta", y ese "te vas por tu cuenta" para mí significa "ya pa'qué voy". Entonces mi día comenzó más temprano. Estaba listo, me puse lo que tenía a la mano (ni que fuera a ir a una boda) y me senté a esperar: mi tío también votaba por la zona así que era una persona más. Parecía más un paseito familiar que día de elecciones, así que comenzamos bien.

El plan era, según mi madre: "primero dejamos a tu tío para que vote, mientras tanto yo voy a votar y luego te acompaño. Cuando los dos terminemos regresamos por tu tío y nos vamos para la casa". Así que dicho y hecho, pasamos primero por el colegio donde votaba mi mamá--- espera, qué? Pensé que primero dejábamos a mi tío para que votara y luego--- Bueno, no importa, de todos modos dijo "no me demoro, espérenme en el carro". 5 minutos después sale con el dedo morado y el DNI en la mano. Mi tío sorprendido le dice "entraste a votar o a pedir que te presten el baño?". Riéndonos, pasamos a dejar a mi tío para que vote, pero como la nota estaba bien tranquila, decidimos esperar. Mi mamá me pide que entre para ver si va a demorar. Me asomé por la puerta del colegio, habían dos cachacos con sus metracas y tenían una cara de aburrimiento total. Pensé "si me meto y salgo sin el dedo morado, seguro empezarán a molestar, mejor miro de 'ajuerita' nomás". Pero de afuera solo se veía un corredor y una canchita de futbol. La cancha estaba vacía, nadie entraba ni salía, volví al auto y le dije "no hay nadie, no va a demorar". Solo esperaba estar en lo cierto. Pero luego de un rato considerable mi tío aparece y nos dice "JUSTO cuando entro a votar, los presidentes de mesa bajan para atender a una minusválida... no había NADIE adentro, solo yo en la puerta esperando que regresaran". Automáticamente le dije a mi mamá "ves? te dije que no había nadie!". Obviamente me miró con cara de "acaso he dicho algo?"... pero pude disimular mi nerviosismo al pensar que ella sospecharía algo... sospechar qué? No lo sé, me asusté por gusto.

Finalmente era mi turno. El colegio donde tenía que votar se encontraba a pocas cuadras así que el viaje fue menos que corto. Entré y era exactamente igual a la última vez que voté ahí: el mismo pabellón, mismo piso, mismo salón, mismo lado del salón-- faltaba poco para que los presidentes de mesa sean los mismos de la vez anterior. Cumplí con mi "deber" cívico, pregunté si "podía remojar la puntita nomás" (ajá, sé que no suena bien, pero me refiero al dedo medio) y el presidente de mesa me dice "con tal que se vea al salir, no hay problema". Me manché lo menos posible dentro de lo aceptable, y me fui. Afuera me esperaban mi madre y mi tío, los dos comiendo un helado, y yo, sudando como marrano, sin un sol en el bolsillo, dije..... "me invitan?". Me dieron 2 luquitas y me dijeron "cómprate uno baratito nomás". Fui donde el heladero, mismo chiquillo, casi saltando, pedí un Jet (de lúcuma, buenazo) y por fin nos dirigimos de regreso a casa.....

PERO AHÍ NO TERMINA TODO! En una parte de Roca y Bologna se armó una colaza de carros y los 3 nos preguntábamos qué había pasado. Avanzamos un poco más y escuchamos gritos entendibles, nada de pánico o histeria. Un choro se quizo pasar de gracioso y parece que para su mala suerte, un VIP regresaba de votar. Pueden deducir lo que ocurrió. Cuando conseguimos acercarnos a la fuente del caos, pude ver vagamente a un animal gigante tirado en el suelo y lo que parecía ser un brazo saliendo debajo de él... creo que era el delincuente. La gente gritaba para que más personas fueran a tirarse encima, parecía apanado. Casi sentí pena por el choro..... casi. Incluso vi que una señora le hacía señales de "alto" a las personas que se iban acercando: si alguien más se le tiraban encima, lo aplastaban. Suficiente era con el elefante que lo tenía atrapado. Va a pasar un tiempo antes que el choro haga de las suyas otra vez... tal vez un día o dos.

Y bueno, contento porque al menos no todo fue tragedia hoy (día de elecciones pues, pero lo bueno es que agarraron a un choro y le dieron su chiquita) regresé a mi casa, a escribir esto y a esperar los resultados a boca de urna. Hoy NO TRABAJO, toca descansar un poco de tanta demencia política... si es que todo sale bien.

Ah, y por fin Facebook se volverá a llenar de fotos de poseros y comments de maniacos-depresivos... como siempre debió ser.