miércoles, 16 de abril de 2008

"Knock Knock"?!?!

En tiempos inmemorables la gente vivía en cuevas o formaciones rocosas a las cuales llamaban "hogar". Estos hogares tenían un defecto... No tenían puerta. Si bien una cueva era un sitio seguro que podía albergar a uno o más habitantes, la amenaza de animales salvajes (osos, tigres, etc) y los climas inclementes eran un gran peligro para un refugio con la entrada eternamente abierta. Con el pasar del tiempo, las cuevas fueron desplazadas por la creación de casas. Es aquí cuando aparece la implementación de las puertas, aunque en muchos casos eran hojas o pieles colgando de las entradas para impedir el ingreso de aires fríos o incluso de bestias. Más adelante se formaron grupos grandes de personas, la conciencia humana se fue desarrollando más, sentimientos como la envidia y el odio fueron cultivándose y finalmente apareció uno de los crímenes más viejos de la historia: el robo. Para evitar que te calatearan la casa de pura envidia u odio, era necesario poner puertas que representaran cierto nivel de dificultad para abrirlas (wow, qué difícil era empujar una hoja para entrar a una casa... nah, cambio de planes) Aquí nacen las puertas con algún tipo de traba o cerradura.... Y así comienza una nueva era de hogares y puertas.....

Pues te cuento que la historia te engaña. Dicen que las casas y todo lo demás eran creaciones del hombre para poder vivir mejor y más seguros, para poder resistir el clima, proteger sus bienes, etc, etc... Te informo que todo es mentira. En la época de las cavernas, la gente no tenía puertas. Cualquiera que pasaba por ahí se podía meter a la cueva o se ganaba con todo lo que pasaba adentro. Dada la falta de facilidades para colocar bisagras en la rocas, y obviamente la carencia de tecnología para crearlas, las cuevas fueron rápidamente desplazadas por el desarrollo de algo más moldeable al gusto del inquilino: las casas hechas a mano. La gente construía sus casas con troncos y hojas, y de esa forma podían elegir dónde poner la puerta (sí claro, como si eso fuera a ayudar). La vaina era si construías un baño. Ponías la puerta al lado opuesto y ya nadie te veía "hacer de las tuyas". Pues no, era la misma cosa; cualquiera pasaba y podía sapear todo lo que había adentro, incluyendo personas bajando de peso. Para evitar esto, colgaban hojas en las puertas, o pieles o lo que fuera, así los transeúntes pasarían pero no verían lo que hay dentro... aunque esto trajo una gran desventaja. Al no ver lo que hay dentro, no puedes saber si un lugar está vacío u ocupado, y como la gente es media idiota (algo que no ha cambiado con todos estos años de "progreso evolutivo"), todos se metían sin preguntar primero si había alguien. Como la estupidez humana es imparable a través de métodos intangibles, era necesario crear algo que estuviera siempre cerrado: a esto se le conoce como la puerta tradicional que usamos hoy en día.

Miles de miles de años después, estas puertas, con todo y cerraduras de alta tecnología, siguen siendo inútiles. La brutalidad del ser humano no conoce límites. ¿Para qué pones una puerta en el baño si siempre habrá alguien que se meta corriendo sin tocar, como si se estuviera escondiendo de Freddy Kreuger? Nótese que mientras más apurada está la persona, más se adentra en el baño antes de notar que ESTÁ OCUPADO... Pero ¿cómo evitas esto? No creo que la solución sea poniendo 2 o 3 puertas para el baño, como que la primera puerta te avisa que alguien se está metiendo y te da tiempo de gritar "awanta! me'toy echando un carranza!" antes que abran la última puerta y te agarren infraganti con los pantalones abajo. Tampoco creo que poner puertas de acero o titanio ayude en algo. La idea de hacerlas de madera es que sean fáciles de TOCAR para que la persona al otro lado sepa que existe la intención de entrar. Y aunque hagan puertas de acero galvanizado, siempre habrá un desgraciado que, en el apuro, encuentre la forma de abrirla sin preguntar...

A final de cuentas, la mejor oportunidad para tener una larga e ininterrumpida conversación con el presidente es anunciar tu entrada al baño cerrando la puerta con fuerza, para que todos en casa sepan que ya tomaste tu posición en el trono. Otro modo es ver qué hacen los demás miembros del hogar, monitorear sus actividades para saber si estarán ocupados como para no usar el baño en los próximos 15 minutos. Por último, te queda la oportunidad de entrar cuando estés solo, totalmente seguro que nadie interferirá con un proceso inevitable de la digestión.

Y si tienes dos o más baños en casa y creíste que esto te iba a salvar... pues no te ilusiones; siempre tratarán de entrar primero al baño que estás usando aunque la puerta esté cerrada y se pueda ver la luz filtrándose por las ranuras del marco, como si los demás baños carecieran de eficiencia porque están vacíos o lejos. No importa lo que hagas, igual estás cag---

1 Comment:

Anónimo said...

para eso inventaron el seguro, un "clic" .... y nadie te agarra cagando.